Noticias Crea

Las últimas noticias sobre lo que estamos haciendo.

El cartel y la comunicación visual

Definir el cartel no es un asunto sencillo, o tal vez sí, pero para empezar hay que descartar una posible relación con el narcotráfico —no es cártel — y reconocerlo en su hábitat natural: la calle. Como pieza comunicacional la función del cartel al igual que la de otros soportes es transmitir ideas e información. Sin embargo el cartel es un ser distinto, es un depredador de miradas, su coto de caza es la selva de cemento. Pero esta definición aun no establece mucha diferencia con una manta publicitaria o una gigantografía.

El primer contacto que tuve con el cartelismo fue en mis años de universidad, cuando me tocó estudiar los movimientos artísticos e intelectuales que impulsaron grandes reformas visuales en el siglo XX. Entre toda esa cultura gráfica el cartel siempre tuvo un lugar privilegiado, desde la propaganda ideológico-política de las dos grandes guerras hasta el boom de la publicidad en Estados Unidos en los años 50. Y no es para menos, pues al cartel se le confieren facultades extraordinarias en el proceso de comunicación como una forma realmente atractiva para captar la atención de la gente. ¿Pero qué tiene de interesante?

Tal vez se trate de la forma en que se codifica el mensaje. Más allá de la técnica utilizada —que puede ser muy variada— el cartel establece un lenguaje connotador, juega con la retórica visual y el contenido textual, tipografía e ilustración participan en la creación de un concepto evocador. Al parecer a la gente le gustan este tipo de expresiones en las que el ingenio creativo puede transformar un pedazo de papel en un objeto de la cultura popular que hasta puede llegar a convertirse en una obra de arte intemporal. Eso es el cartel. A veces levanta su voz en protesta o para promover eventos culturales, fomentar cambios sociales o simplemente para expresar una idea.

No por gusto desde hace décadas se celebran bienales en honor al cartel. Una de las más famosas es la Bienal Internacional del Cartel de Varsovia, donde se dan cita los mejores cartelistas (ojo, no es “carteristas”) del mundo para exponer, premiar y compartir entre distintas culturas.

En noviembre pasado me tocó vivir este ambiente cartelero en la Bienal del Cartel Bolivia 2013, la más importante del cono sur, punta de lanza del movimiento gráfico latinoamericano y conocer personajes interesante como a Rene Wanner, de referencia mundial como recopilador de carteles. Y si algo quedó claro en ese evento es que aún le falta mucha selva de cemento por dominar al cartel. Ojalá y quienes encargan servicios de diseño optaran por este soporte para enviar sus mensajes, a veces los trípticos, mantas, redes sociales, etc. no generan el mismo impacto que un buen cartel.