En una crisis política no hay manual que valga. Sólo queda agudizar los sentidos y lograr una mirada panorámica para advertir posibles escenarios y tipos de respuesta en una práctica de prueba y error donde cada acción es un boomerang a tu reputación.

• Anticiparse. Hay que prever escenarios de crisis y valorar actos y productos comunicacionales para públicos internos y externos.
• Empatía. Si hay pérdidas humanas, nada es más importante que ello. Ser sensible, respetar y mostrar empatía es lo clave.
• Poner atención. Analizar las menciones en redes sociales y activar la escucha social para desarrollar una estrategia de contenido que refuerce la reputación.
• Adaptarse. Es necesario observar el entorno y buscar alternativas o nuevos espacios dónde y cómo transmitir nuestros mensajes.
• Responsabilidad. Es cuando más debemos trabajar guiados por la ética profesional y prácticas íntegras.
• Lecciones aprendidas. Valorar qué se hizo bien y qué no funcionó para tenerlo presente en otras crisis.