Estaciones gourmet
Acidez, con esta palabra resumo mi consumo de comidas en estas fiestas de fin de año. Chanchito adobado, gallina al horno, relleno, canelones, costillitas asadas, una que otra copita y cajetas fueron parte de mi menú en estas fiestas.
Como sabía lo que venía, antes de salir de vacaciones me propuse pesarme para saber con cuánto “entraba” a las fiestas. La báscula marcó casi 133 libras. “Nada mal”, dije al pensar en esas meriendas que me receto en mi trabajo en Crea Comunicaciones.
La “romería” de comidas de temporada incluyó relleno hecho en casa, ya que este año mi mamá se animó a hacerlo, siendo yo su fiel ayudante de cocina y encargada de preparar los ingredientes y de probar a cada minuto la sazón y producto final. Esto sin contar, el platito intermedio para convencerme que realmente el relleno, las costillas adobadas y el pollo al horno estaban en su punto.
24 de diciembre. Hasta el desayuno todo bien, pero mi mejor amiga estaba de cumpleaños y llegando a su casa empezó la fiesta de bocadillos, tortas de carne, tostones con queso y bebidas; de almuerzo, unos suculentos canelones. Por la tarde mi hermana me esperaba con carne asada, tajadas y gallopinto. Imposible resistirse.
La gran noche. La cena familiar incluyó pollo al horno, relleno, pan, arroz, postre y por supuesto, las respectivas bebidas. Menú similar en la casa de mi novio con la variante de lomo de cerdo. 12 de la noche. Sonrisas y abrazos. ¿Se acabó la cosa? ¡Qué va! Los días faltantes de vacaciones con horarios irregulares de levantadas tarde y noches eternas, también giraron en torno a la comida.
Al final resulté con unas tres libras de más, sin embargo tanto ir y venir de platillos me hace preguntar: ¿realmente las comidas navideñas engordan? Viendo mi historial personal, considero que la respuesta no son las comidas, sino el exceso.
La temporada está llena de festejos donde sobra quien te ofrezca un “bocadito” navideño, pero nadie está obligado a aceptar ni por educación. Considero que el secreto es disminuir las cantidades en relación a las “estaciones gourmet” que se hacen. Eh ahí la clave.
Disfrutemos entonces los sabores, olores y gustos de temporadas como éstas, pero pensemos siempre en medir nuestro consumo y por supuesto, en quemar todo ese exceso con ejercicio y actitudes saludables. Ánimo en este 2014. Feliz año.
Tres pasos sencillos para mantenerte saludable:
– Alimentación balanceada: combinar porciones equilibradas y no saltarse ninguna comida.
– Hidratación: todas las bebidas hidratan. Es importante consumir agua, jugos o refrescos durante el día.
– Actividad física: Realizar ejercicio durante 30 minutos 5 veces a la semana ayuda a mejorar la digestión.